por Raro /
Para proseguir la serie de catas “raras” de fenotipos procedentes de la reserva genética de CBD-rich, hoy analizaremos una variedad aún desconocida por la mayoría de los cultivadores, aunque va a dar mucho que hablar por sus grandes cualidades, así que probablemente seamos de los primeros en CBDearla en la red, y gracias a no saber nada de ella con anterioridad, salvo los análisis realizados por los laboratorios de Energy Control, esta vez será más que nunca una cata a ciegas.
Análisis de Energy Control a CBD 420
CBD 420 es el resultado temprano del trabajo que está realizando Tom, breeder de 4:20 seeds, en colaboración con el equipo de CBD-rich. Fruto del cruce entre una selección que hemos realizado de Kalijah de Reggae Seeds y una antigua Super Bud de Tom, nace esta test line tan particular, que se sale de lo hasta ahora conocido en el mundo del CBD, al menos para mí.
En mi opinión, gracias a los niveles de CBD (6.2 %) y THC (4.9%), este ejemplar consigue causar un efecto muy liviano y compensado, sin “obligarnos” a quedarnos inmóviles en un sofá, ni a sufrir el típico subidón sativo que nos deja sin aliento y que para muchos consumidores, medicinales o no, es algo incómodo.
Cogollo recién cortado de CBD 420 cultivada por Xosé
Gracias a este efecto, puede ser un fenotipo muy adecuado para los dolores crónicos, sobre todo los musculares, ya que consigue paliar la inflamación de estos, como ocurre en las miopatías, pero sin ir acompañado de la somnolencia ligada a los efectos producidos por los fármacos destinados a tratar la misma dolencia.
Si hablamos de las propiedades organolépticas de dicho ejemplar, son asombrosas, ya que con tan solo un pequeño cogollo depositado en la mesa, mientras calentaba el vaporizador, ha conseguido que el salón tomara un peculiar olor afgano con un toque muy característico de las variedades con alto contenido en CBD, el cuál no consigo describir con exactitud.
Otro cogollo recién cortado de CBD 420 cultivada por Xosé
Otra de las gratas sorpresas al probar esta variedad ha sido su fuerte, pronunciado y denso sabor que ha conseguido despertar en mi paladar una gran curiosidad por esta variedad, ya que me recuerda a un genotipo con el que estuve trabajando durante años, original de Afganistán, acompañado de un particular toque a terroso cargado de matices.
¡Yo Vaporizo!