por Raro /
En esta ocasión vamos a realizar nuestro peculiar CBDeando a una genética, CBD Critical 47 de Positronics, de la que hemos seleccionado, en principio, dos fenotipos, ya que ambos demuestran unas propiedades organolépticas diferentes, además nos ofrecen un peculiar efecto las dos.
Aunque hoy sólo nos centraremos en la selección #R y como además he tenido el placer de cultivarlo, hablaremos un poco de cómo se desarrolla dicho fenotipo, el cual nos ha resultado muy fácil de cultivar, haciéndolo por ello muy adecuado tanto para cultivadores expertos como para los que empiezan a adentrarse en el maravilloso mundo del autocultivo.
Este fenotipo muestra una estructura típica de las índicas, con unos entrenudos de apenas 3 o 4 centímetros, aunque sus ramas son demasiado débiles para soportar las pesadas flores que desarrolla, haciendo más que necesario el uso de tutores tanto para el tallo central como para las ramas.
Otra de las virtudes a destacar de esta variedad, es lo agradecida que es, ya que ofreciéndole un cuidado mínimo, obtendremos una gran cosecha tanto en cantidad como en calidad, pudiendo corregirle con facilidad las carencias y excesos típicos de los cultivadores principiantes.
Una vez conocemos algunos datos sobre su cultivo, toca hacer una cata del fenotipo. Éste ha estado secándose un mes aproximadamente y me llevo la primera y grata sorpresa al abrir el bote, ya que bastaron unos segundos con él abierto, mientras sacaba una flor, para que se inundase la casa de un peculiar olor, recordándome a mi época como trabajador de una conocida bodega, cargado de dulzor pero con un toque agrio, muy parecido al que se produce mientras la uva empieza a fermentar.
Cuando la introduzco en el greender, el olor que emana es aún más fuerte, probablemente herencia de sus antepasados afganos, acentuándose también el olor a uva fermentada.
Una vez picada, la introducimos en el vaporizador y, tras la primera calada, a mi cabeza vino la imagen del lichy. Una fruta agridulce, la cual ni siquiera recuerdo la última vez que la comí, pero que activó mis recuerdos olfativos y gustativos. Una vez calmadas mis ansias por conocer el sabor de este fenotipo, descubro que tiene un toque a frutas tropicales, el cual, tras unas caladas y haciendo un poco de esfuerzo, lo identifico como sabor a mango aún verde.
Mientras iba haciendo la cata y sin apenas darme cuenta, mi cuerpo empezaba a entrar en un estado de relajación total, aunque no devastador, el cual me hacía volver a llenar el vaporizador una y otra vez (reconozco que apenas le metía 0.1 gramo por carga). Este exceso de consumo (que conste que mientras vaporizaba no lo notaba tanto) provocó que tras dejar de vaporizar unos minutos, empezase a notar su efecto real.
Un efecto muy compensado, creativo, pero que tan solo te dejará crear en tu cabeza o lo más cerca del sofá posible, ya que nos vemos envueltos en un estado de relajación plena. Personalmente, este fenotipo lo recomendaría a personas con déficit de atención o incluso hiperactivos, que con este efecto conseguirán centrarse en la labor que estén realizando.
Aunque su mayor virtud es la lucha contra la hipertensión, algo que he podido comprobar en varias ocasiones, ya que en principio pensaba que podría ser una casualidad, pero cuando mi tensión se dispara consumo 0.2 gramos de este fenotipo y vuelve a la normalidad… sorprendente cuanto menos.
En cambio desaconsejo esta variedad para personas que sufran depresión, tensión baja o apatía, ya que al consumir este fenotipo podría ver cómo se acentúan dichas enfermedades.
¡Yo vaporizo!